Relatos cortos de terror. Nº13 "Segunda oportunidad" · El libro más leido

Relatos cortos de terror. Nº13 "Segunda oportunidad"

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(0) 11/09/2014 11:22h

Segunda oportunidad.

Alex Devon se sentía en la cima del mundo.

La noche anterior su empresa de manufacturas había despuntado en bolsa y su fortuna que ya era inmensa se había triplicado por mil. Y aunque era consciente del odio que levantaba su éxito, se sentía bien, es más… estaba exultante pese a ser consciente de todas las personas que había tenido que hundir a su paso.

Aquel día la ciudad de Nueva York escondía sus azoteas tras una espesa niebla, pero él podía observar los rayos del sol acomodado en el sillón de su despacho que estaba situado en uno de los edificios más altos de la ciudad.

De pronto sintió una punzada en el pecho. Inconscientemente se llevo la mano hacia el corazón, mientras que con la otra y a duras penas alcanzó a pulsar el interfono que le ponía en contacto con su secretaria. Solo emitió una única palabra antes de desvanecerse. “Ayuda”.

Cuando fue consciente de lo que había ocurrido, no pudo expresarlo. Alex Devon flotaba sobre su cuerpo que se encontraba postrado en la cama de un hospital, envuelto por una maraña de cables y rodeado por una multitud de personas que controlaban cada  latido de su corazón.

— ¿Qué me está ocurriendo? —Gritó sin que nadie pudiera  escucharle.

Por primera vez en su vida se sintió desvalido, angustiado y tan pequeño que cualquiera podría haberle aplastado. Trató de calmarse y pensar el modo de regresar a su cuerpo tal vez se tratase de una prueba, una broma cruel del destino para hacerle entender algo. Pero ¿el qué?
No podía, no quería entender que se tratase de una monstruosa realidad hasta que, sus peores pesadillas se confirmaron al abrirse la puerta y ver entrar a su mujer y a sus dos hijos mayores.

Una extraña sensación de nostalgia se apodero de su alma.
Pobrecillos, como se tenian que sentir al verme ahí  tumbado. Seguro que ahora se arrodillarán a los pies de la cama para implorar por mi vida. Es posible que si lo hacen, si ruegan por mi alma yo pueda regresar. Quizá, solo quizá se me conceda una segunda oportunidad.

Entonces recordó todo el tiempo que había perdido, el nulo afecto que había entregado a los suyos y la cantidad de oportunidades perdidas. Que intransigente había sido con su familia. Pero todo eso iba a cambiar cuando regresara a su cuerpo. Entonces les daría todo ese cariño que no les entregó y pasaría más tiempo con ellos, es mas cuando todo esto pasase delegaría la responsabilidad de la empresa en Jack el fiel empleado que durante años había luchado por su trabajo hasta el punto de casi perder a su propia familia, a ese al que cada año le había prometido un ascenso que jamás llegaba.

Ahora estaba ahí en medio de la nada observando su propio cuerpo como en un espejo, en un frio dormitorio cerca de su familia sin poder decirles lo mucho que lo sentía. De pronto se fijo en ellos, el gesto en el rostro de los tres era el mismo, una mezcla entre odio e indiferencia. Un medico continuaba atareado comprobando los cables que mantenían su cuerpo con vida hasta que abandono la habitación dejándole a solas con los suyos. Pero... ¿Por qué no hablaban? ¿Por qué no lloraban? ¿Qué les estaba ocurriendo?

Finalmente su mujer se acercó con cautela hacia la cabecera de la cama mientras sus hijos, erguidos e inmóviles, observaban expectantes los movimientos de su madre.

Alex Devon, desde su butaca preferente en el mas allá. Observó como su esposa, la madre de sus hijos, aquella que le había jurado amor eterno acercaba los labios a su oído, mientras que con una mano sujetaba el cable que le mantenía con vida.

¿Qué pretendía hacer? Y lo peor ¿Por qué sus hijos no lo impedían? De nuevo sintió terror, posiblemente el mismo que durante años había padecido su esposa cada vez que la forzaba, cada vez que la insultaba y amenazaba. El mismo que sentían sus hijos al escuchar el motor del coche llegando al garaje y sus pasos acercándose hacia la casa, aquel terror que día tras día provocaba en ellos para calmar sus propias frustraciones.

En el fondo sabia lo que estaba a punto de ocurrir y entonces le rogó a Dios por primera vez que le diera una segunda oportunidad, antes de escuchar la última frase que le dedicaria su mujer y notar un tirón que le arrebatabataria la vida para siempre.

“Eres un cerdo”.

Alex Devon dejo de sentir y todo se convirtió en oscuridad. Hasta que, pasados unos segundos que le parecieron eternos vio la luz al final del túnel, un precioso halo brillante que le devolvería a la vida. Al parecer, su sincero arrepentimiento había dado resultado, se le había concedido una segunda oportunidad seguramente la ultima y no la iba a desperdiciar.
Sabía que su mujer no había tenido otro remedio, seguramente el hubiera hecho lo mismo en su situación, solo esperaba que esa vez tuviera el tiempo suficiente para demostrarles a todos que había cambiado y que no les fallaría.

Segunda oportunidad. Kelly Mordon.

Recorrió el túnel esperanzado, alegre y lo cruzo.

Lo primero que percibió al traspasarlo fue un fuerte olor a podredumbre, quiso hablar pero en lugar de palabras solo emitió gruñidos.
Entonces, una voz desconocida para él hablo.

—Lo ves, te lo dije. Yo tenía razón al afirmar que esta marrana no estaba para matanza y que se merecía una segunda oportunidad, sino mira que hermosura de cochinillo acaba de traer al mundo.

Kelly Mordon autora del libro más buscado.

Segunda oportunidad. - (c) - Kelly Mordon

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