Relatos cortos de terror. Nº18 "El confidente" · El libro más leido

Relatos cortos de terror. Nº18 "El confidente"

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(0) 20/10/2016 10:18h

El confidente.

Tomy sintió el peso de la mochila clavándose en sus riñones. Resultaba curioso como a medida que avanzaba el curso se iba haciendo cada día más pesada.

Una sonrisa afloro en su rostro al recordar que tan solo le quedaba un mes para licenciarse, tenia tantos sueños adolescentes que opto por apuntarlos  en una libreta para recordarlos a menudo. El mejor de ellos ya lo había conseguido pese a ser “el rarito del instituto”, conocer a su princesa; Cloe.

Atravesó la puerta del centro ensimismado en sus pensamientos y se dirigió hacia la clase de Filosofía. Nada más entrar, se fijo en el pupitre de Cloe que permanecía vacio. Una extraña sensación recorrió su cuerpo. Ella jamás faltaba a clase era un modelo a seguir.

— Que extraño —meditó cabizbajo.

Ojeo su teléfono móvil para comprobar si había recibido alguna llamada de su amada pero el aparato tampoco dio señal alguna de ella.

Mientras oía sin escuchar el ruido de las voces de sus compañeros, los nervios se fueron apoderando de su pierna izquierda que comenzó un repiqueteo incesante contra la parte baja de la mesa. — ¿Qué habría ocurrido?— La excursión del fin de semana resulto ser mágica por lo que era prácticamente imposible que estuviera enfadada con él.

— ¿Acaso fue brusco? Igual no estaba preparada —pensó. Pero desechó la idea al instante recordando que el sabor de sus labios y el roce de su piel le habían demostrado lo contrario. Cloe quería que él fuera su primer hombre y así se lo hizo saber.

El atardecer había sido participe de su amor. Desde su escondite tras una duna, el reflejo de los últimos rayos del sol y los acordes de las guitarras de sus compañeros se hicieron cómplices sin pretenderlo del encuentro íntimo.

La puerta de la clase se abrió repentinamente abstrayendo a Tomy de sus recuerdos. Creyó que sería su princesa la que cruzaría el umbral del aula, pero al instante un gesto de fastidio recorrió su rostro al percatarse que su íntimo y más acérrimo enemigo acababa de llegar.

El pulso de Tomy se acelero al ver como su contrincante se sentaba en el pupitre de su querida Cloe. Esto tenía que acabar. En modo alguno iba a permitir que su asqueroso culo se posara en el mismo sitio que ocupaba su amada.

— Eh tu, Logan— grito desde su pupitre—levanta tu trasero de ahí.
El chico se giro para averiguar quién era el dueño de aquel mensaje. Fijo su mirada en él y después sin darle ninguna importancia continuó garabateando extrañas cruces en su cuaderno.

Al darse cuenta de su falta de respuesta Tomy comenzó a apretar los puños con fuerza pero justo en el momento en el que iba a dar rienda suelta a su ira, la profesora de filosofía la Srta. Kalagan se presento cargada de libros amenazando con tirar  todos por el suelo.

—Buenos días chicos vaya mañanita de fresco ¿verdad? La docente prendía ser la“amiga” de todos.  Según ella, la relación entre profesor y alumno se basaba en compañerismo y colegueo dentro de unas normas éticas y basicas, de ahí sus extraños chascarrillos cada vez que entraba y salía de la clase.

Al escucharla Tomy agradeció el poco tiempo que le quedaba  para finalizar el cuso y perder de de vista a todos menos a Cloe. De pronto, volvió a acordarse de su chica haciendo que sus pensamientos se prolongaran durante la hora que duro la clase.

Tenía claro que iría a  buscarla pero primero haría una parada en casa para recoger el colgante en forma de corazón que había comprado en un arrebato y que nunca tuvo el valor de entregarle por miedo al rechazo. Había llegado el momento de plantar cara a sus miedos y dejar la espera. Posiblemente estuviera enferma, esa sería la razón de su falta de asistencia.

El timbre del aula anuncio el fin de las clases. Cuando todos estaban a punto de salir  la Srta. Kalagan freno la estampida en seco.

—Chicos, chicos. Esperad un momento— dijo sin levantar la vista de su ajado libro. —Quiero que paséis todos por mi mesa y recojáis un folio de este montón. En él está escrita una frase que necesito que desarrolléis y sobre todo que meditéis. Cada uno redactará lo que piensa y lo que siente al respecto. Lo quiero para mañana, sin escusas.

Los alumnos que habían permanecido hasta ese momento formando extrañas posturas del escondite ingles, fueron pasando uno a uno a hacer acopio de la causante de retener parte de sus ansiados momentos de ocio.

Cuando salieron ya no quedaba nadie en los pasillos del instituto. Por unos instantes Tomy estuvo tentado en esperar a Logan y darle su merecido, pero las ansias de ver a su amada le pudieron mas.

—¡Mama, mama! —Exclamó mientras subía las escaleras que le conducían a la habitación. Pero Tomy solo recibió como respuesta el eco de su propia voz.
No le extrañó la ausencia de su madre pues imaginó que como siempre andaría de bar en bar bebiendo los restos de alcohol que los extraños se dejaban en los vasos. Lo intento, Dios sabe que intento que su madre ingresara en un hospital de alcohólicos, pero ella siempre se salía con la suya. Desde que su padre les abandonara cuando él solo tenía dos años su madre no había levantado cabeza. Era una pena que no fuera consciente de cuanto la quería y necesitaba su hijo.

Recogió con rapidez el collar símbolo del amor, se atuso el pelo y bajo de tres en tres los escalones que le conducían hacia la felicidad. Cuando abrió la puerta detuvo en seco su recorrido. Logan se encontraba apostado en el porche con los brazos cruzados y sosteniendo un periódico entre las manos.

— ¿Que quieres? Logan—Le preguntó aflojando el paso y poniéndose en guardia. —Ahora no estoy para tonterías tengo que ir a buscar a Cloe.

—No la vas a encontrar. —Respondió el muchacho con seguridad

— ¿Qué estupideces estás diciendo?—Grito mientras trataba de controlar los latidos de su corazón. — ¿Qué has hecho? Dime desgraciado ¿Qué la has hecho?

Antes de que Logan pudiera responder a sus preguntas Tomy se abalanzo sobre él y comenzó a pegarle con todas sus fuerzas,  aquella furia reprimida brotó a bocanadas vistiendo sus puños de armas letales.

—Te voy a matar desgraciado. —Amenazaba una y otra vez mientras golpeaba su cabeza contra el suelo. En un respiro, Tomy se dio cuenta de que Logan no se defendía y ni tan siquiera trataba de sortear los golpes. — ¿Pero qué te pasa, acaso eres un maldito cobarde? Venga, vamos —le provocaba— ¿no presumías de que me ibas a matar en cuanto me pillases?

Entonces Logan se incorporó y colocando sus manos sobre los hombros del muchacho le respondió, no podemos matarnos Tomy porque… ya estamos muertos.

Tomy sonrió pensando que los golpes que le había propinado al chico en la cabeza le habían  vuelto loco.— ¿Pero qué chorradas dices?

Logan bajo la mirada y dio una patada al periódico que había traído haciendo que tropezara  contra los pies de Tomy.

Éste, temeroso, entendió la señal y recogió el confidente del suelo.
 

“Accidente mortal”.
“Fallecen diecinueve estudiantes de Filosofía al precipitarse el autobús en el que viajaban. Lo que se presentaba como un fin de semana idílico acabó siendo una tragedia para diecinueve familias. Las fuentes informan que el autobús cayó por un terraplén al reventar un neumático en mal estado. Cuando llegaron los servicios médicos nada se pudo hacer por los muchachos que murieron en el acto”.

Tomy dejo caer el periódico de sus manos y una lágrima recorrió su caótico rostro.
—Tengo que ir a buscar a Cloe—comento en alto.

Logan se coloco frente a él impidiéndole el paso. —Ella se salvo; Tomy.

El chico levanto la mirada y clavo los ojos en él. —Pero… si hemos muerto entonces que hacemos aquí.

—Yo me pregunté lo mismo cuando ocurrió y tengo la completa seguridad de que los que aún continuamos aquí es porque tenemos algo pendiente.

—Está bien, —dijo Tomy sacudiendo la cabeza— suponiendo que todo lo que dices sea cierto. Está claro que yo tengo algo pendiente con Cloe ¿verdad? Por eso no he completado mi viaje según tu. Pero ¿cómo lo voy a hacer si no la veo? ¿Por qué no la puedo ver? ¿Porque no puedo hablarla? —Grito con fuerza creyendo que quizá el mundo escucharía sus lamentos.

—Porque ella está viva Tomy.

— ¿Entonces?—Pregunto ansioso.

—Entonces, tendrás que esperar su momento. —Respondió.

Tomy se zarandeo al darse cuenta de que estaba condenado al fallecimiento de Cloe. Logan le sujetó.

—Y ¿tu? —Pregunto temeroso. —Que tienes pendiente ¿tu?

 —El tema que yo tenía pendiente era contigo. Lo siento mucho Tomy.

El muchacho permaneció sentado en el porche mientras veía como Logan desaparecía en el horizonte.
Metió las manos los bolsillos de su pantalón tratando de esconder su miedo y entonces, rozo sin querer el papel que su profesora de filosofía les había entregado. Trago saliva al recordar que ella también tenía algo pendiente y entonces lo desdobló.

Relatos cortos de terror. Nº18 "El confidente"

“El que vive de recuerdos arrastra una muerte interminable”. 
Anónimo.

Unos pasos se escucharon tras unos arbustos.

— ¿Logan eres tú? —preguntó intranquilo.

—Soy yo — Contestó una mujer acercándose a él.

Tomy tragó saliva al comprobar de quien se trataba y comenzó a temblar.

—Mama ¿Por qué te veo?— Comentó en un ruego.

La mujer acarició su cabeza y dejó caer al suelo una botella de whisky vacía.

—Cariño tenemos una conversación pendiente.

Kelly Mordon autora del libro del año.
Derechos de autor registrados.
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